Incluso llegamos a pisar nieve en alguna umbría.
La excursión partía desde el Calvario, para coger la antiquísima Vereda del Barrancón, paso tradicional desde Huéscar hacia Campofique. Tras una suave subida hasta el Collado Bajo de Perico Ruiz, cogemos el camino que nos comunica con la subida a las Antenas. Para un poco más tarde, girar hacia la Hoya de Titos y asomarnos entre Sierra Bermeja y la Sierra del Muerto hacia Campofique y la hermosa Sagra, que no quiso que la viésemos, debido a la niebla que la cubría.
Disfrutamos de unos ejemplares de Boj, que no suelen darse en estas latitudes y un rato después, comenzamos el ascenso al cerro Trompeta. Una vez llegamos todos a la cima, visitamos los restos del antiguo Castro Romano y nos inmortalizamos con la foto de grupo.
El descenso resultó ameno y llegamos hasta la Ermita de la Virgen de la Cabeza, donde paramos a la recacha, para dosificarnos unas calorías. El final del recorrido se hizo un poco pesado, debido al tramo de asfalto que recorrimos a lo largo del canal. De modo que paramos en El Ángel para tomarnos unos refrigerios (1925).
Mención especial a los tres chavales asistentes, dejando constancia de que el senderismo es una actividad que atrae a todos los públicos.
También apuntar la satisfacción que nos produjo no encontrar ninguna alambrada en los veintitantos kilómetros del recorrido.
Espero que los asistentes lo hayan disfrutado, y a quien vea estas fotos, quedan invitados para la próxima.
Saludos de Ángel.
La excursión partía desde el Calvario, para coger la antiquísima Vereda del Barrancón, paso tradicional desde Huéscar hacia Campofique. Tras una suave subida hasta el Collado Bajo de Perico Ruiz, cogemos el camino que nos comunica con la subida a las Antenas. Para un poco más tarde, girar hacia la Hoya de Titos y asomarnos entre Sierra Bermeja y la Sierra del Muerto hacia Campofique y la hermosa Sagra, que no quiso que la viésemos, debido a la niebla que la cubría.
Disfrutamos de unos ejemplares de Boj, que no suelen darse en estas latitudes y un rato después, comenzamos el ascenso al cerro Trompeta. Una vez llegamos todos a la cima, visitamos los restos del antiguo Castro Romano y nos inmortalizamos con la foto de grupo.
El descenso resultó ameno y llegamos hasta la Ermita de la Virgen de la Cabeza, donde paramos a la recacha, para dosificarnos unas calorías. El final del recorrido se hizo un poco pesado, debido al tramo de asfalto que recorrimos a lo largo del canal. De modo que paramos en El Ángel para tomarnos unos refrigerios (1925).
Mención especial a los tres chavales asistentes, dejando constancia de que el senderismo es una actividad que atrae a todos los públicos.
También apuntar la satisfacción que nos produjo no encontrar ninguna alambrada en los veintitantos kilómetros del recorrido.
Espero que los asistentes lo hayan disfrutado, y a quien vea estas fotos, quedan invitados para la próxima.
Saludos de Ángel.
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